Comentario Político

 

¿Qué le pasa a PEMEX?

 

¿Hasta qué punto dependemos de los recursos minerales que explotamos y consumimos? ¿Pueden llegar a un agotamiento? ¿Sobrevivimos en este caso? Estas preguntas pueden parecer melodramáticas. No son, en todo caso, preguntas gratuitas.Su evocación es cada día más frecuente, y suscitan análisis, controversias y predicciones, ya que tratan de una eventualidad que parece haber entrado en el campo de lo posible.

En líneas generales, la cuestión planteada con lógica aparentemente parece intachable. En primer lugar, se constata que los recursos minerales de la tierra no son infinitos. Tampoco los de nuestro país y por otra parte se dice en el caso específico de nuestra industria del petróleo PEMEX tampoco son renovables; formados en el transcurso de una larguísima historia geológica, su génesis ha sido tan lenta que no tiene comparación posible con el ritmo con que son explotados.

Pero respiremos popr un momento que dentro de este negro panorama hay una pqueña luz, una gran diferencia que hace del problema angustioso, en términos de ingresos fiscales únicamente, uno mucho menos grave, Sí leyó usted bien mucho menos grave. ¿Por qué? Porque la rentabilidad - a falta de inversión - derefinación en los ñultimos 20 años, a título personal apoyo pues la rentabilidad en ese sector es sumamente baja a nivel internacional y la refinación de PEMEX en México está en números rojos.

Para obtener la energía primaria necesaria para desarrollar todas sus actividades, noventa y seis por ciento de esa energía es obtenida de los hidrocarburos, del petróleo y gas natural. De faltar este combustible nuestra industria, las ciudades todas del país, los transportes, el abasto de agua potable en muchos lugares, entre ellos las grandes ciudades como la hoy - Ciudad de México -, se vería en una severa crisis. Sólo estando en manos responsables y honestas se podría garantizar que nuestro petróleo sea utilizado para resolver nuestros problemas y no los de los EU que de acuerdo a un pasado tratado hoy son los dueños de nuestros hidrocarburos. Sería en este contexto, una especie de un primer aviso, premonitorio de la crisis que nos está amenanzando.

Por tanto, es obligado preguntar qué hay de cierton en esta amenaza conminatoria. Se trata de un problema fatal o de un problema que todavía se puede remediar, de una tragedia inevitable o evitable. Es una falsa preocupación colectiva o tal vez se trata de un deliberado proceso de intoxicación política a cargo de intereses inconfesables del "Mesías" que nos dice en forma continua todo es cula de los siniestros miembros pertenecientes a: "la mafia del poder".

Al respecto sobre la integración energética: "suicida" el senador de la República Manuel Bartlett, consultado en enero de 2015 opinó: "La integración avanzada dolorosamente como fue la Reforma, el presidente Peña Nieto nos compromete inconstitucionalmente ya que elimina al Congreso mediante acuerdos entre poderes ejecutivos, a espaldas de la nación. El objetivo final de la reforma es el apoderamiento de nuestros recursos, integrándolos al dominio del poder extranjero. El Wilson Center integrado en el ITAM, instrumento del gobierno norteamericano, adelantó (212) como estudio académico, el esquema de la reforma que el gobierno ocultó; ahora describe el siguiente paso: "Integrados los Mercados Energéticos de Norteamérica" (si Lázaro Cárdenas viviera se moriría de nuevo de rabia e indignación).

De una reunión de ministros de Energía, Washington, diciembre de 2014, entre seis temas para la integración; crear un mecanismo coordinador; crear un mecanismo coordinador; determinar la futura demanda y abasto integrada, construir infraestructura con el sector privado, proteger esta infraestructura con las agencias de seguridad nacionales, reparar el capital humano con el sector privado, regulación que garantice a entidades públicas y privadas del sector, operar traspasando fronteras".

Visitas así las cosas el proyecto integracionista aniquila nuestra soberanía y seguridad. Por eso repetimos: "Si Lázaro Cárdenas viviera"...

Cabe destacar, que el mercado impulsará la competencia es falso, la Industria Petrolera Norteamericana es oligopólica y dominante, en pocas palabras son los dueños de nuestro petróleo. México importa 250 mil barriles diarios de EU, se informó; absurdo importar crudo ligero cuando producimos tres veces esa cantidad. Relamente se trata del avance en la integración subordinada de nuestra industria energética a la norteamericana. (El 27 de enero de 1995, Ángel Gurria, secretario de Relaciones Exteriores, dijo a los diputados de la comisión de Relaciones Exteriores que para lograr el aval de la Casa Blanca para el crédito por $40,000 millones de dólares que Clinton ofreció a México para salvar a nuestro país de la crisis, los ingresos por la venta de petróleo mexicano al exterior estarían comprometidos con el gobierno de Washington hasta el año de 2005, en caso de que el gobierno de México no pueda hacer frente a las obligaciones derivadas del paquete financiero de $40,000 millones de dólares sometido a la aprobación del congreso estadounidense).

Este pasado compromiso político económico que en el año de 1995 se celebró con el gobierno de los EU, imponéndonos un modelo neoliberal integracionista que rediseña el esquema político y jurídico de nuestra industria energética, la prosperidad de los hidrocarburos, privatizados, sometiendo el territorio mexicano bajo el concepto de utilidad política (traición a la patria diríamos nosotros) a exigencias de ocupación de tierras por las empresas extranjeras concesionadas, garantizadas por la tan "cacareada" Reforma Energética.

Por lo visto, la tarea no es sencilla para el nuevo Presidente Consejero del IFE, de quien se esperan milagros. Nosotros solamente confiamos en que no esté arropado por un partido político, error que se cometió con Luis Carlos Ugalde, uno de los motivos de su separación del cargo.

Como sea, es un hecho consumado y en el corto plazo sabremos si los legisladores optaron por el mejor de los caminos. Nuestra conclusión es que este golpe afecta a las instituciones electorales del país, dado que si en el pasado no eran confiables, en el futuro tampoco existirá esa moción para ellas.

La democracia en México está herida de muerte y para que resurja de las cenizas en que ha sido condenada, hace falta que los actores centrales reconozcan el error en que incurren frecuentemente. Hacer experimentos con el árbitro electoral es como intentar modificar el sistema político mexicano cada seis meses.

 


 

 

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